Vivacre
Obtenga más información sobre nuestro retiro Bienvenido a Vivacre Retreat, un espacio sagrado para que los buscadores espirituales puedan sanar, crecer y conectarse.
Nuestros orígenes:
El Vivacre Retreat, que tiene una larga historia de brindar experiencias curativas en las selvas amazónicas, fue fundado por Teresa Lundgren. Teresa, una devota madre de dos hijos, pasó 18 años transformadores en Suecia antes de embarcarse en un profundo viaje de regreso a sus raíces en Brasil en pos de su búsqueda espiritual. Su regreso a Brasil marcó el comienzo de una odisea increíble.
En 2016, una invitación de Tashka Yawanawa la llevó a Mutum para el Festival Mariri, evento que se convirtió en un momento crucial en su vida. Fue allí, en medio del vibrante tapiz de cultura y espiritualidad, donde encontró por primera vez los poderes curativos de la medicina indígena, lo que la llevó a un camino espiritual inquebrantable.
Desde esa experiencia transformadora, el vínculo de Teresa con la tribu Yawanawa ha florecido. Ha atravesado varios territorios Yawanawa, fomentando visitas recíprocas entre los miembros de la tribu y su hogar en la ciudad de Rio Branco, donde administra con amor un bed and breakfast. Su espacio se erige como un santuario, un refugio, para quienes viajan dentro y fuera de la jungla, y representa un puente que conecta a los visitantes curiosos con la sabiduría de la cultura indígena. Su función a menudo implica coordinar hábilmente las conexiones, facilitando un intercambio significativo entre los huéspedes y la comunidad indígena.
"Nuestro llamado sagrado nos llama a construir un puente entre las antiguas ceremonias tribales de curación y la profunda búsqueda humanista para ascender hacia nuestro yo superior. Nuestro propósito resuena en la armonización de estas tradiciones eternas, guiando a las almas hacia la transformación y la iluminación".
Yawanawá Tribe Healing
La tribu Yawanawá se toma muy en serio las ceremonias de Ayahuasca. Sus cánticos, cantos y bailes duran toda la noche y el ritual eleva la energía tribal. Ubicado en el verde abrazo de la selva amazónica, encarna un tapiz viviente de sabiduría antigua y resonancia espiritual. Su legado se desarrolla a través de una danza de tradición e innovación, donde el latido de la naturaleza armoniza con los ritmos de su existencia. Guardianes del bosque, se entrelazan con la flora y la fauna, abrazando la esencia sagrada de la tierra.
En el corazón de su espíritu se encuentra la reverencia por los reinos invisibles y una profunda comunión con los espíritus de las plantas, especialmente la venerada vid de ayahuasca. A través de rituales ceremoniales transmitidos de generación en generación, atraviesan los reinos etéreos en busca de curación, guía e iluminación para el alma.
Su destreza artesanal entreteje historias de herencia en intrincadas artesanías y arte vibrante, cada trazo y patrón narra historias de su viaje cósmico y profundidad cultural. En medio de las crecientes mareas de la modernidad, los yawanawá resisten y protegen ferozmente sus conocimientos ancestrales mientras abrazan el mundo en evolución que los rodea.
Huni Kuin Tribe Ayahuasca
Las ceremonias de ayahuasca Huni Kuin se desarrollan en lo profundo del Amazonas, donde la noche zumba con los sonidos de los grillos y las ranas. Dentro de la maloca, una amplia choza circular, los participantes se sientan tranquilamente al resplandor de una pequeña hoguera. El pajé, el chamán, comienza a cantar cánticos suaves y melódicos que se propagan por el aire como una oración. El brebaje, espeso y amargo, se pasa de mano en mano y cada persona lo bebe con intención, con el corazón abierto a la curación del bosque. El humo del tabaco sagrado se eleva y se mezcla con el aroma terroso de las plantas.
A medida que la medicina hace efecto, la noche se llena de visiones. El sonido de las maracas y los tambores resuena como un latido del corazón, transportando a cada persona a su propio mundo interior. Algunos ven colores danzando como luciérnagas, mientras que otros se encuentran con animales o espíritus que susurran mensajes de orientación. Las emociones surgen (lágrimas, risas o sonrisas silenciosas) y se mezclan con la música y el ritmo de la noche. El pajé camina entre el grupo, soplando suavemente el humo o sacudiendo las hojas para limpiar y proteger, su presencia es una guía constante a lo largo del viaje.
Cuando la primera luz del amanecer se filtra en la maloca, los participantes comienzan a salir de sus visiones. El aire se siente fresco y nuevo, como si todo el bosque estuviera vivo de alegría. Sentados juntos, comparten sus historias en voz baja, encontrando significado en las imágenes y sentimientos que experimentaron. El pajé ofrece bendiciones y la gratitud llena el círculo. Con la salida del sol, abandonan la ceremonia, llevando la sabiduría de la medicina en sus corazones, el mundo que los rodea brilla con una claridad renovada.
Las ceremonias de ayahuasca Huni Kuin se desarrollan en lo profundo del Amazonas, donde la noche zumba con los sonidos de los grillos y las ranas. Dentro de la maloca, una amplia choza circular, los participantes se sientan tranquilamente al resplandor de una pequeña hoguera. El pajé, el chamán, comienza a cantar cánticos suaves y melódicos que se propagan por el aire como una oración. El brebaje, espeso y amargo, se pasa de mano en mano y cada persona lo bebe con intención, con el corazón abierto a la curación del bosque. El humo del tabaco sagrado se eleva y se mezcla con el aroma terroso de las plantas.
A medida que la medicina hace efecto, la noche se llena de visiones. El sonido de las maracas y los tambores resuena como un latido del corazón, transportando a cada persona a su propio mundo interior. Algunos ven colores danzando como luciérnagas, mientras que otros se encuentran con animales o espíritus que susurran mensajes de orientación. Las emociones surgen (lágrimas, risas o sonrisas silenciosas) y se mezclan con la música y el ritmo de la noche. El pajé camina entre el grupo, soplando suavemente el humo o sacudiendo las hojas para limpiar y proteger, su presencia es una guía constante a lo largo del viaje.
Cuando la primera luz del amanecer se filtra en la maloca, los participantes comienzan a salir de sus visiones. El aire se siente fresco y nuevo, como si todo el bosque estuviera vivo de alegría. Sentados juntos, comparten sus historias en voz baja, encontrando significado en las imágenes y sentimientos que experimentaron. El pajé ofrece bendiciones y la gratitud llena el círculo. Con la salida del sol, abandonan la ceremonia, llevando la sabiduría de la medicina en sus corazones, el mundo que los rodea brilla con una claridad renovada.